Dime dónde andas…

Dime dónde andas…

(Columna publicada: 21 de enero, 2017)- Pues claro que nos persiguen dondequiera. Si usted ha estado buscando algo por Internet, planeando un viaje o echándole el ojo a una prenda, ya sabe. Del bombardeo de anuncios no lo salva nadie. Nada hay más porfiado en ese caso que la pantalla de una computadora. Y todo porque empresas y gobiernos hurgan cada vez más hondo en las fuentes de información sobre nuestras vidas, rastrean lo que hacemos, a quién conocemos y adónde vamos. No hay límites. Además de cámaras y satélites, de hecho hay siempre un ojo vigilándonos: los llamados cookies, “galletas” intrusas que se van almacenando como si dejáramos huellas en los sitios que visitamos de la web. Nada, que además de usuarios también somos una mercancía en el universo de la información digital. Y su valor crece por día. (more…)

Hackers en el tejado

Hackers en el tejado

(Columna publicada: 7 de enero, 2017). Por falta de cháchara no ha sido. Tras la estrepitosa debacle demócrata en las urnas y las cuitas infligidas a los Clinton con la derrota de la señora Hillary, casi no se habla de otra cosa que de los hackers rusos y la insolencia de Putin por el pirateo informático de las elecciones presidenciales de noviembre. La voz echada a correr, «intervención extranjera». El Kremlin metiendo las garras en lo más sagrado del país, su democracia. Y claro. Uno se explica que con semejantes truenos y tanto ruido haya quien se sienta inducido a pensar que el triunfo del presidente electo Donald Trump es espurio. Y mucho más, que la soberanía nacional está en la estacada. Esa es la idea. (more…)

El gordo de la barba blanca

El gordo de la barba blanca


(Columna publicada: 24 de diciembre, 2016).

Hace años lo vi escrito con gruesos trazos en un muro en la ciudad de México: «Hoy soy feliz. Viene la Navidad». Y es lo normal: que por esta época del año la gente festeje, ría, sea optimista y no se amargue la vida. Eso es lo sano: fraternizar con la familia y con los amigos; poner a un lado los sinsabores; confortarse para seguir adelante, y contentar las ilusiones de nuestros hijos envolviendo regalos. Es momento de nutrir las fantasías que nos deleitaron en la niñez y que de adultos nos agrandan el alma. Es tiempo de disfrutar a Santa Claus, de apreciarlo en su justa medida, sin idiotizarnos obviamente con la fábula pero estimando lo que simboliza. (more…)

Huérfanos colaterales

Huérfanos colaterales


(Columna publicada: 10 de diciembre, 2016).

No es la primera vez que escribo en esta página de la guerra en Siria. Pero desearía que fuese la última. Llevo horas contemplando horrorizado las imágenes de niños heridos, mutilados, muertos. Se difunden por Internet con una frecuencia que estremece. Angustia verlas. Pero más abruma saber que millones de personas en el resto del mundo viven ajenos al suplicio de los habitantes de la ciudad de Alepo, que desde hace más de cuatro años viven bajo el permanente asedio de bombas y balas. Muchos recordarán la foto del pequeño Aylan Kurdi cuyo cuerpo recaló exánime un año atrás en las arenas de una playa turca, luego de que su familia naufragó cuando huía del país tratando de ponerlo a salvo de los combates; la de Omran Daqneesh, aturdido y sangrando tras ser rescatado de su casa en ruinas, o las imágenes de madres y padres con sus hijos en brazos, corriendo despavoridos entre los escombros buscando protegerlos de los bombardeos. Las que he visto ahora son también espantosas. (more…)

El pataleo global

El pataleo global


(Publicado: 2 de diciembre, 2016).
Menuda guerra la que tenemos en el horizonte. Una guerra políticamente incorrecta para algunos, pero para otros necesaria. Y es que cuando uno mira bien todo lo que se compra ya casi nada se hace en casa. Desde los televisores y sábanas hasta las cuchillas de afeitar. Ni siquiera los emblemáticos pantalones vaqueros Levi Strauss se fabrican ya aquí. Perdimos la mano de obra. No es nuestra. Porque en el regateo de quítate tú para ponerme yo, China y otros países, con sus ejércitos de trabajadores baratos, hace rato nos tomaron la delantera. Y toda la culpa, dicen, la tiene la Globalización. El libre movimiento de mercancías sin cortapisas ni fronteras. Al decir de los «globalistas» hay que tenerlo en la gloria, pero para los «antiglobalistas» ha sido una maldición. (more…)

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